La disciplina positiva es un modelo de enseñanza que se basa en la comunicación, el afecto y el respeto. Tiene en consideración las etapas del desarrollo del niño y su forma de comportarse para establecer guías, normas y límites de forma afectuosa y firme. Están excluidos de este modelo el control excesivo y la permisividad.
Haces uso de una disciplina positiva con tu niño/a cuando:
Le respetas, reconociendo que es un ser en formación, con aciertos y desaciertos en su comportamiento.
Eres amable, cariñoso/a y firme con él/ella, lo uno no excluye lo otro.
Te conectas con tu hijo/a a través de la comunicación y el afecto.
Ayudas a tu niño/a a desarrollar habilidades para la vida como respeto, colaboración, responsabilidad, resolución de problemas.
Involucras activamente a tu hij/a haciéndolo consciente de sus capacidades.
Acompañas, lideras, guías y orientas, a tu hijo/a.
Demuestras tu afecto y no condicionas su comportamiento.
Eres empático con tu hijo/a, validas sus emociones y le ofreces formas apropiadas de expresarlas.